La Confederación de Sociedades Científicas de España, según publica hoy EL PAÍS, ha pedido que se reduzcan los contenidos escolares de las asignaturas de sus ámbitos en primaria y secundaria para poder enseñarlas mejor.
¡Qué van a decir nuestros profesores "puristas", sobre todo los de secundaria! Me los estoy imaginando comentando en las salas de profesores, "¡adónde vamos a llegar!", "cada día se rebaja más el nivel".
No puedo más que aplaudir la petición de los científicos y desear que el Ministerio -aunque sea por una sola vez- les haga caso.
Claro que tenemos que reducir los contenidos de las materias científicas, y también del resto, y no para rebajar el nivel sino para elevarlo. Porque el "nivel" del que tanto hablan algunos profesores no viene determinado por lo que se explica desde la tarima sino por lo que el alumno aprende. Y aprender significa hacer. Como decía Benjamin Franklin, "Dímelo y lo olvidaré. Implícame y lo aprenderé".
Necesitamos currículos más flexibles y abiertos, menos repetitivos, que no precisen tanto los contenidos a impartir y más las competencias a alcanzar: lo que el alumno debe aprender a hacer.
Hoy en día, comprender los grandes avances científicos forma parte de lo que siempre hemos llamado la "cultura general" que debe proporcionarnos la escuela. No hace falta "saber" mucha física o muchas matemáticas, pero si necesitamos conocer cómo la física, las matemáticas, la química conforman la realidad en que vivimos. Y eso, aunque queramos dedicarnos al estudio del arameo.
Mucha suerte.
¡Qué van a decir nuestros profesores "puristas", sobre todo los de secundaria! Me los estoy imaginando comentando en las salas de profesores, "¡adónde vamos a llegar!", "cada día se rebaja más el nivel".
No puedo más que aplaudir la petición de los científicos y desear que el Ministerio -aunque sea por una sola vez- les haga caso.
Claro que tenemos que reducir los contenidos de las materias científicas, y también del resto, y no para rebajar el nivel sino para elevarlo. Porque el "nivel" del que tanto hablan algunos profesores no viene determinado por lo que se explica desde la tarima sino por lo que el alumno aprende. Y aprender significa hacer. Como decía Benjamin Franklin, "Dímelo y lo olvidaré. Implícame y lo aprenderé".
Necesitamos currículos más flexibles y abiertos, menos repetitivos, que no precisen tanto los contenidos a impartir y más las competencias a alcanzar: lo que el alumno debe aprender a hacer.
Hoy en día, comprender los grandes avances científicos forma parte de lo que siempre hemos llamado la "cultura general" que debe proporcionarnos la escuela. No hace falta "saber" mucha física o muchas matemáticas, pero si necesitamos conocer cómo la física, las matemáticas, la química conforman la realidad en que vivimos. Y eso, aunque queramos dedicarnos al estudio del arameo.
Mucha suerte.
!Qué verdad! He tardado 50 años en saber que sólo he crecido en lo que he querido y muchas veces sin necesidad de ir a clase...
ResponderEliminarJaime