viernes, 31 de enero de 2014

Otra puñalada al programa ERASMUS

El ministro Wert ha informado que los 18 millones de euros que el ministerio dedicará en el curso 2014-2015 al programa Erasmus se dirigirán a los estudiantes que tengan las mejores notas y un buen nivel de idioma, concretamente un B2. Serán, por tanto, una becas encuadradas en el programa Erasmus, pero que se adaptarán a criterios ministeriales --y no de la Unión Europea-- y estarán mejor dotadas económicamente: 350 euros/mes, frente a los 250 euros/mes de las becas Erasmus normales.
Con estos criterios se pretende subvencionar 10.000 becas de un semestre.

Es la primera vez que el dinero aportado por el gobierno español no se suma al europeo, sino que responde a criterios diferentes y, en consecuencia, no tiene como objetivo mejorar las becas individuales con carácter general, sino premiar a determinado tipo de estudiantes. El análisis de los criterios utilizados nos va a permitir comprobar una vez más el sentido de la política educativa de este gobierno.

Empecemos por la exigencia de un B2 en el idioma en que se va a estudiar. Obviamente este es un criterio que nos gustaría que se cumpliese pero ¿es posible? ¿es realista?. El objetivo que se propone la enseñanza de idiomas en nuestro sistema educativo es que el alumno alcance un nivel B1 al finalizar sus estudios, objetivo que no se cumple en la mayoría de los casos. ¿Quién tiene un B2 en inglés, equivalente al First Certificate de Cambridge? Pues solamente el que se ha podido pagar estudios especiales o una estancia en un país de lengua inglesa. Es decir, los ricos. ¿Y qué decir de un B2 en italiano o alemán, dos de los países a los que más van nuestros estudiantes, que son lenguas inexistentes en nuestro sistema educativo?

En lo que respecta a las notas, las dudas son también muchas. ¿Tiene el mismo valor un sobresaliente en una asignatura que en otra, en una carrera que en otra o en una universidad que en otra? ¿Qué criterios se van a utilizar para evaluar esas calificaciones? Y lo que es más grave (volvemos a los criterios franquistas sobre becas): no son un derecho para los jóvenes con dificultades económicas sino un "premio" que se da a algunos de estos jóvenes especialmente dotados para el estudio. Así era cuando yo estudiaba en la universidad con una beca.

Pero no son estos criterios elitistas y segregadores los únicos que interesan al gobierno de Rajoy.  También cuentan los económicos. Hemos pasado de los 63,5 millones de euros destinados a Erasmus por el último gobierno socialista a los 18 actuales; es decir, se ha reducido el presupuesto en un 71 por 100. Pero eso no parece suficiente. El ministro sabe que no existen 10.000 estudiantes con buenas notas y un B2 en el idioma correspondiente. Eso permitirá un ahorro sustancial al final del ejercicio y reducir más el presupuesto para el curso que viene.

No quiero terminar este comentario sin hablar de la reducción de la estancia a un semestre. Basándose falsamente en Bolonia, se reducen las estancias a un semestre cuando, hasta este curso, la mayoría de los estudiantes optaban por estancias de curso completo. Se trata de, con mucho menos dinero, mantener la cifra de 40.000 estudiantes Erasmus.  Pero, aunque Wert intente confundirnos, todos entendemos que, desde un punto de vista económico, 40.000 estudiantes de un semestre son lo mismo que solo 20.000 de curso completo.

Y, una vez mas, para así confirmar la ineptitud del equipo ministerial, se cambian las normas del juego cuando este ya ha empezado. Es precisamente en este momento cuando los estudiantes y las instituciones de educación superior inician el proceso de inscripción y selección de candidatos al programa. Me parece que vamos a ver de nuevo en los próximo días a los estudiantes protestando.

¿Aprenderá alguna vez este ministro? ¿O quizás está orgulloso de ser el peor valorado del gobierno? Como los toros, que tanto le gustan, se crece en el castigo.

Muchas gracias.

lunes, 27 de enero de 2014

Esto me suena

La BBC ofrecía hoy las conclusiones de un estudio que un grupo de expertos había realizado durante seis meses sobre el sistema educativo inglés. El grupo, formado por líderes académicos y empresariales, estaba presidido por Sir Roy Anderson.

Su conclusión principal tenía que ver con la necesidad de que "un consejo independiente formado  por profesores, empresarios, académicos y políticos, estableciera unos objetivos educativos a largo plazo, protegidos de los avatares electorales".  Es decir, señalaban la urgencia de sacar la educación de la lucha política del día a día y para ello recordaban, entre otras cosas, que los ministros de educación en el reino Unido --durante los últimos veinticinco años-- habían durado en su puesto una media de dos años. Esto nos suena a los españoles.

El resultado de esta situación es que "el sistema educativo inglés había sido incapaz de responder a las necesidades económicas a largo plazo del país". "Durante los últimos veinticinco años se han producido múltiples iniciativas desde los diferentes equipos ministeriales que no han conseguido la necesaria mejora de los resultados educativos", señala Sir Michael Rake, uno de los prominentes miembros del grupo de trabajo.

Entre los objetivos que el informe se marca como necesarios destacan:
"Hacer más hincapié en el trabajo en equipo y en la resolución de problemas";
"Poner mayor énfasis en la madurez emocional, la empatía y otras habilidades interpersonales que son tan importantes como los conocimientos de la lengua o de las matemáticas a la hora de facilitar un empleo a los jóvenes";
"El currículum de la educación secundaria debe apoyar la estrategia económica del país", aunque en nuestro caso tendríamos que empezar por tener una "estrategia económica".

El informe ha sido muy bien acogido por la Asociación de Directores de Colegios e Institutos, cuyo secretario general señaló que "los países que obtienen buenos resultados en la evaluaciones internacionales, como Singapur, tienen un plan educativo a largo plazo que está por encima de las consideraciones políticas y los avatares electorales".

De la misma manera, la Asociación de Profesores ha apoyado la iniciativa, señalando que "la educación no debe formar solo trabajadores eficaces sino también jóvenes capaces de relacionarse y ser ciudadanos críticos".

Esta es la dirección en que la educación se está moviendo en todos los países de nuestro entorno. ¿Qué les pasa a nuestros dirigentes políticos? ¿No ven lo que ocurre a nuestro alrededor? ¿No van a Bruselas y hablan con sus colegas de otros países? ¿O simplemente es que la educación no les importa y lo único que quieren es conseguir los objetivos ideológicos que les marca la Conferencia Episcopal?

Muchas gracias.

miércoles, 22 de enero de 2014

"Como decíamos ayer"

No he sido represaliado por la Santa Inquisición como Fray Luis de León ni desterrado como Unamuno, pero me ha parecido que plagiar su famosa frase era una buena manera de reanudar mi presencia en este blog.

Razones más prosaicas --una artroscopia del hombro derecho-- me han mantenido alejado de mis lectores y amigos por espacio de dos meses y, con algo de dolor en el hombro, pero sobre todo con gran ilusión, reanudo mi actividad como bloguero aficionado. Y para ser consecuente con este titulo, volveré a comentar, como decía ayer, las últimas declaraciones de mi admirado ministro Wert.

Monserrat Gomendio, Secretaria de Estado de Educación, presentó ayer a los medios el nuevo programa europeo de educación Erasmus +, en el que se incluye el antiguo Erasmus para la enseñanza superior. Analicemos alguno de los aspectos más relevantes de esa presentación ministerial:
  • Todos recordamos que cuando los estudiantes Erasmus españoles denunciaron al ministerio por su pretensión de reducir su beca a mitad de curso, el ministro Wert culpó a la Comisión Europea por haber disminuido su aportación al programa.  Eso le valió a nuestro ministro un rapapolvo comunitario y la calificación de mentiroso. Con los datos en la mano, que ya conocía el ministro en aquel momento, se confirma que el presupuesto europeo para los Erasmus españoles ha crecido un 4,22% (cifras del MECD).
  • Sin embargo este crecimiento es uno de los mas bajos: el presupuesto de Alemania crece un 24,37%, el de Francia un 16,32%, el de Italia un 24,26% y el de Reino Unido un 6,32%.  ¿Se deben estas malas cifras a una inquina a España por parte de la Comisión Europea?, ¿a la conjura judeomasónica?  Evidentemente no. Simplemente es consecuencia de la desastrosa negociación llevada a cabo por los altos cargos del ministerio, incluido el propio ministro, motivada por el nulo interés que tienen en el programa. En el presupuesto para 2012 (último del gobierno socialista) España fue el país que más dinero recibió para Erasmus, para 2013 fuimos el segundo y para 2014 ya somos el tercero. Este es un buen reflejo de nuestra pérdida de influencia en las decisiones europeas.
  • Para el año que viene seguirán los recortes también para el programa Erasmus. Se van a destinar, según el ministerio, 18 millones de euros, lo que supone una nueva reducción de casi el 50 por 100. Para que no parezca un recorte, el ministerio defiende que se están acoplando a Bolonia y promueven las estancias de un semestre, como si fuera lo mismo --desde el punto de vista de los beneficios que el estudiante obtiene de su estancia-- estar un semestre que un curso completo. Así, dice el ministerio, se mantendrá el número de 40.000 estudiantes españoles que obtendrán una beca Erasmus. Supongo que el próximo curso, cuando vuelvan de nuevo a recortar el presupuesto, defenderán que lo mas apropiado son estancias de un par de meses.
  • Por último, las cuantías de las becas también se reducen, con lo que se aumenta la desigualdad a la hora de beneficiarse del programa. A los "estudiantes con necesidades especiales o rentas familiares bajas" se les dará 100 euros más al mes. ¿Espera el ministro Wert que con esos 100 euros se cumpla el principio constitucional de igualdad de oportunidades?
Como podemos comprobar, el ministro sigue firme en su línea: desprecio por la educación como servicio público y básico para el desarrollo del país y recortes dirigidos a cercenar las posibilidades de estudio de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, que actualmente son --desgraciadamente-- la inmensa mayoría.

Muchas gracias.