Abandonamos temprano Chiang Rai para dirigirnos al poblado de las mujeres jirafa, en la frontera con Myanmar. Se trata de las "padaung", parte de la tribu Karen, una de las minorías étnicas de Myanmar compuesta de 7.000 miembros y perteneciente al estado Shan. Durante la década de los 90, como consecuencia de los conflictos militares en Myanmar, una parte emigró a Tailandia donde se convirtió en un espectáculo turístico.
Las mujeres, desde los cinco años, llevan unos anillos de latón alrededor del cuello. Esto produce la sensación óptica de alargar el cuello, aunque lo que en realidad hacen es presionar la clavícula hacia abajo debido al peso.
Conforme recorría el poblado me fue invadiendo la indignación. Estas niñas, con el cuello lleno de anillos y trabajando sin parar, se han convertido en un bochornoso espectáculo. Al salir del poblado me encontré con un grupo de tres chicas, creo que australianas, que se negaban a entrar y formar parte del circo. Debería haber hecho yo lo mismo.
De allí nos fuimos a Mae Sai Town, el punto más septentrional de Tailandia, frontera con Myanmar. Allí recorrimos un mercado local, sorprendente tanto por su colorido y diversidad como por los productos, muchos de ellos desconocidos para mi, que ofrecían. A lo largo del viaje vimos muchos mercados (siempre una referencia obligada al visitar cualquier país), cada uno de ellos diferente del anterior y todos interesantes. Los pueblos predominantemente agrícolas, como lo son los que he visitado, centran su vida en los mercados, donde acuden a vender lo que producen y a comprar, si es que pueden, lo que van a necesitar.
Continuamos el camino hacia el llamado "Golden Triangle", el triángulo dorado, centro de la ruta del opio, y frontera de Laos, Myanmar y Tailandia. El río Mekong, por el que dimos un maravilloso paseo, hace de frontera entre los tres países. Hicimos una parada en Laos, lo que nos permitió conocer, aunque fuera muy brevemente, este país. Conocerlo, como casi siempre, a través de un mercado local situado en la misma orilla del río.
A continuación visitamos un interesante museo del opio. En el se relataba la historia del origen del opio en estas tierras, de como fue traído por los ingleses y se convirtió posteriormente en motivo de turismo, de guerras y conflictos sangrientos. Las ganancias que se producían con su comercio dio lugar a la conocida ruta del opio que comenzaba en este lugar. En el museo estaban expuestas las diferentes tipos de pipas utilizadas para fumarlo o los variados medios de transporte imaginados para su ocultación a los gendarmes.
El paseo en barco por el Mekong nos dio la tranquilidad para finalizar otro día duro de turismo.
Las mujeres, desde los cinco años, llevan unos anillos de latón alrededor del cuello. Esto produce la sensación óptica de alargar el cuello, aunque lo que en realidad hacen es presionar la clavícula hacia abajo debido al peso.
Conforme recorría el poblado me fue invadiendo la indignación. Estas niñas, con el cuello lleno de anillos y trabajando sin parar, se han convertido en un bochornoso espectáculo. Al salir del poblado me encontré con un grupo de tres chicas, creo que australianas, que se negaban a entrar y formar parte del circo. Debería haber hecho yo lo mismo.
De allí nos fuimos a Mae Sai Town, el punto más septentrional de Tailandia, frontera con Myanmar. Allí recorrimos un mercado local, sorprendente tanto por su colorido y diversidad como por los productos, muchos de ellos desconocidos para mi, que ofrecían. A lo largo del viaje vimos muchos mercados (siempre una referencia obligada al visitar cualquier país), cada uno de ellos diferente del anterior y todos interesantes. Los pueblos predominantemente agrícolas, como lo son los que he visitado, centran su vida en los mercados, donde acuden a vender lo que producen y a comprar, si es que pueden, lo que van a necesitar.
Continuamos el camino hacia el llamado "Golden Triangle", el triángulo dorado, centro de la ruta del opio, y frontera de Laos, Myanmar y Tailandia. El río Mekong, por el que dimos un maravilloso paseo, hace de frontera entre los tres países. Hicimos una parada en Laos, lo que nos permitió conocer, aunque fuera muy brevemente, este país. Conocerlo, como casi siempre, a través de un mercado local situado en la misma orilla del río.
A continuación visitamos un interesante museo del opio. En el se relataba la historia del origen del opio en estas tierras, de como fue traído por los ingleses y se convirtió posteriormente en motivo de turismo, de guerras y conflictos sangrientos. Las ganancias que se producían con su comercio dio lugar a la conocida ruta del opio que comenzaba en este lugar. En el museo estaban expuestas las diferentes tipos de pipas utilizadas para fumarlo o los variados medios de transporte imaginados para su ocultación a los gendarmes.
El paseo en barco por el Mekong nos dio la tranquilidad para finalizar otro día duro de turismo.
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