lunes, 23 de septiembre de 2013

La reforma educativa francesa: un modelo a seguir

En 2008 el gobierno Sarkozy puso en marcha unos nuevos programas en la escuelas primarias francesas que, a lo largo de estos años, han sido ampliamente contestados por el profesorado. Con la llegada de los socialistas al poder, el Ministro de Educación, Vincent Peillon, prometió revisar esos programas y, tras insistir "en que debemos confiar en los profesores, pues son los que conocen mejor que nadie el terreno", ha pasado de las palabras a los actos y ha lanzado una amplia consulta cuyo objetivo es conocer las opiniones y sugerencias de todo el profesorado y de los inspectores.

Desde hoy, y durante cuatro semanas, 300.000 profesores de educación primaria deberán manifestar su opinión, personal o colectivamente, sobre los actuales programas de enseñanza. Se trata de una consulta muy abierta en la que se solicita a los enseñantes que expresen su punto de vista sobre los actuales programas, que señalen aquellas partes difíciles de aplicar y también los aspectos que desearían que continuasen, así como sugerencias para mejorarlos.

El papel del profesorado no acaba ahí. La síntesis de sus contribuciones, individuales y colectivas, será transmitida al Consejo Superior de Programas, un organismo que se creará en los próximos días y que será el encargado de repensar los contenidos de la enseñanza en todos sus niveles. Cuando este organismo acabe su trabajo, antes de que finalice el curso escolar, someterá sus resultados a una nueva consulta a todo el profesorado. A continuación, y tras las modificaciones pertinentes, los nuevos programas empezarán a ponerse en marcha en el curso 2014.

A fin de que el profesorado pueda llevar a cabo este trabajo, que les exigirá un esfuerzo adicional, la administración les permitirá que dediquen seis horas lectivas a la tarea.

Supongo que, como todas las iniciativas de este tipo, ésta también tendrá sus inconvenientes, pero uno no puede evitar comparar este proceso con el seguido por el ministro Wert para elaborar su ley. ¿Es tan difícil contar con el profesorado? o más bien ¿el problema es que si se cuenta con los profesores saldría una ley muy distinta a la que sectariamente nos quieren imponer?

¿Tendremos en algún momento un gobierno que, de una vez por todas, cuente con el profesorado para establecer una reforma educativa? Es lo que necesitamos para acabar con las grandes deficiencias del sistema actual y tener continuidad y consenso en el futuro.

Muchas gracias.

 

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