martes, 24 de septiembre de 2013

La diversidad, según Wert

No es necesario dedicar mucho tiempo a la lectura del Proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa, que está "discutiéndose" (es un decir) en el Congreso, para entender con claridad cual es su objetivo y que persiguen con ella sus autores.

En el segundo párrafo de la exposición de motivos - en la octava línea- se señala lo siguiente: "Todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos. En consecuencia, el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocerlo y potenciarlo. El reconocimiento de esta diversidad entre alumnos en sus habilidades y expectativas es el primer paso hacia el desarrollo de una estructura educativa que contemple diferentes trayectorias."

Traduzco para el que no entienda la jerga burocrática. Todos los estudiantes tienen talento (faltaría más), unos tienen talento para ser barrenderos y otros para ser extraordinarios negociantes como Bárcenas, por ejemplo. ¿Cuál es la misión del sistema educativo? Blanco y en botella: dirigir a cada uno a su sitio, a que desarrollen su talento, es decir el barrendero a barrer y el negociante a robar. Y para eso se necesitan diferentes trayectorias. Estaría bueno que nos pusiésemos ahora a mezclar churras con merinas.

Resulta que el tratamiento de la diversidad no es lo que hasta ahora habíamos creído. Parece claro, y así lo confirman todo tipo de estudios, que los jóvenes de hoy en día van a necesitar una serie de competencias básicas para poder adaptarse de manera adecuada al mundo en que vivimos. Son competencias, que si no se tienen, las posibilidades de acabar en la marginación y en la pobreza son muy grandes. La labor de la educación consiste en tener en cuenta esa diversidad para que la consecución de esas competencias estuviera asegurada a pesar de las diferencias. Según esta ley la diversidad sirve para acentuar las diferencias y segregar tempranamente a los alumnos.

Eso sí con mucho "esfuerzo" que ya se sabe que los de izquierda son unos vagos y han convertido la educación en un paseo para mediocres. El barrendero tendrá que esforzarse mucho para aprender a barrer bien y el Bárcenas de turno no tendrá ese problema porque procederá de una buena familia, creyente y cumplidora de la ley de Dios y le sobrará el talento.

Muchas gracias.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario