China es actualmente la segunda potencia mundial según su Producto Interior Bruto y, teniendo en cuenta el ritmo anual del crecimiento de su economía, conseguirá que su PIB sea el mayor del mundo en los próximos diez años. Esto es una verdad económica incontestable. ¿Pero significa eso que será la primera potencia mundial, tal como lo es ahora Estados Unidos?
Mi respuesta a esa pregunta es que no. Cuando uno pasea por las calles de cualquiera de las grandes ciudades chinas se encuentra con la influencia americana permanentemente. Parece que los chinos, tan dados a copiar industrialmente, también han copiado el modo de vida y la cultura occidental. Los grandes centros comerciales chinos son muy parecidos a los "malls" americanos. Todas las grandes marcas occidentales, más alguna --pocas-- chinas, están presentes. Los jóvenes visten con "jeans" y camisetas y las chicas abusan de las minifaldas. Encuentras un Kentucky Fried Chicken en cada esquina. Los coches son mayoritariamente de las mismas marcas que en cualquier país occidental.
Especialmente interesante resulta el urbanismo en las grandes ciudades. La construcción es uno de los grandes motores de la economía china en estos momentos. Hemos atravesado avenidas --siempre espaciosas y bien diseñadas-- en las que hemos visto cientos de enormes grúas en acción. La mayoría de las megaciudades chinas se han construido en los últimos diez años. La construcción es siempre en altura --probablemente es la única solución para un país tan poblado-- y los edificios son idénticos a los que nos podemos encontrar en cualquier ciudad occidental. Muy raramente hemos encontrado edificaciones que tuvieran elementos específicos de un estilo de construcción autóctono.
Los grandes letreros luminosos, los nombres chinos de tiendas y establecimientos iluminados profusamente eran las notas visuales que nos recordaban que estábamos en China. También las costumbres, los desayunos copiosos, la comida china y los puestos callejeros donde te ofrecen de todo.
En mi opinión, para ser primera potencia --tal como hoy lo es Estados Unidos-- se necesita, además de una gran capacidad económica --que China la tiene--, una cultura, una ideología y un modo de vida que transmitir, y eso China parece que no lo tiene ni probablemente lo quiera tener. Por eso, la irrupción de China entre las grandes potencias económicas está cambiando las relaciones internacionales, algo que se puede apreciar observando la posición que adoptan en los conflictos internacionales.
Continuará.
Mi respuesta a esa pregunta es que no. Cuando uno pasea por las calles de cualquiera de las grandes ciudades chinas se encuentra con la influencia americana permanentemente. Parece que los chinos, tan dados a copiar industrialmente, también han copiado el modo de vida y la cultura occidental. Los grandes centros comerciales chinos son muy parecidos a los "malls" americanos. Todas las grandes marcas occidentales, más alguna --pocas-- chinas, están presentes. Los jóvenes visten con "jeans" y camisetas y las chicas abusan de las minifaldas. Encuentras un Kentucky Fried Chicken en cada esquina. Los coches son mayoritariamente de las mismas marcas que en cualquier país occidental.
Especialmente interesante resulta el urbanismo en las grandes ciudades. La construcción es uno de los grandes motores de la economía china en estos momentos. Hemos atravesado avenidas --siempre espaciosas y bien diseñadas-- en las que hemos visto cientos de enormes grúas en acción. La mayoría de las megaciudades chinas se han construido en los últimos diez años. La construcción es siempre en altura --probablemente es la única solución para un país tan poblado-- y los edificios son idénticos a los que nos podemos encontrar en cualquier ciudad occidental. Muy raramente hemos encontrado edificaciones que tuvieran elementos específicos de un estilo de construcción autóctono.
Los grandes letreros luminosos, los nombres chinos de tiendas y establecimientos iluminados profusamente eran las notas visuales que nos recordaban que estábamos en China. También las costumbres, los desayunos copiosos, la comida china y los puestos callejeros donde te ofrecen de todo.
En mi opinión, para ser primera potencia --tal como hoy lo es Estados Unidos-- se necesita, además de una gran capacidad económica --que China la tiene--, una cultura, una ideología y un modo de vida que transmitir, y eso China parece que no lo tiene ni probablemente lo quiera tener. Por eso, la irrupción de China entre las grandes potencias económicas está cambiando las relaciones internacionales, algo que se puede apreciar observando la posición que adoptan en los conflictos internacionales.
Continuará.
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