Hay dos actividades que no me gusta perder siempre que vengo a Washington: una es pasear por The Mall, admirar la perspectiva del Capitolio, y los monumentos a Lincoln, Jefferson y Washington formando una impresionante cruz; la otra, unida a la anterior, es visitar alguno de los maravillosos museos de la zona, especialmente la National Gallery of Art.
En esta ocasion cumpli con mi obligacion. Investigue si habia alguna exposicion especial en los museos de la ciudad para ir a verla, pero no encontre nada; asi que me acerque a la National Gallery con la seguridad de que ver la exposicion permanente ya seria un autentico lujo.
Entrando al museo me encontre con la primera sorpresa: habia una exposicion temporal, "Del impresionismo al modernismo: la coleccion Chester Dale", que tenia muy buena pinta.
!Que gozada! Picasos de la epoca azul, Modiglianis, Monet a discrecion. Un autentico espectaculo donde, cada sala en la que entrabas, te sorprendia mas que la anterior.
Chester Dale, un hombre de negocios enriquecido en Wall Street, dedico su fortuna a comprar pintura de finales del siglo XIX y principio del XX, asesorado por su experta esposa. Formo una excelente coleccion que, a su muerte, dono a la National Gallery. Gracias a lo cual podemos hoy disfrutarla nosotros.
Pero no pararon ahi las sorpresas. Conforme nos acercamos a la salida vimos un anuncio de una exposicion de "Canaletto y sus rivales" en el otra ala del museo, la East; a la que nos dirijimos de inmediato.
!Total cambio de "chip"!, de Matisse o Toulouse-Lautrec pasamos a la perpectiva geometrica de Canaletto y su realismo casi fotografico. Nos dimos una placentera vuelta por la Venecia de hoy y de siempre sin salir de las salas del museo.
Y las sorpresas siguieron. Conforme saliamos de Canaletto nos encontramos con un exposicion antologica de Paul Gauguin. Es posible perdirle mas a una visita a un museo? Pasar de Canaletto a Gauguin, sin un poco de reposo como nos ocurrio a nosotros, es una experiencia salvaje. De las lineas rectas, la geometria y el realismo, los colores suaves de Canaletto a las formas deformes, los colores vivos, las figuras desencajadas y , en muchas ocasiones, intencionadamente feas de Gauguin.
No se si ver seguidas estas tres exposiciones es lo adecuado; asi nos toco hacerlo y, desde luego, nos dejo sensaciones muy turbadoras.
Solo por ver estas exposiciones vale la pena un viaje a Washington.
Muchas gracias.
En esta ocasion cumpli con mi obligacion. Investigue si habia alguna exposicion especial en los museos de la ciudad para ir a verla, pero no encontre nada; asi que me acerque a la National Gallery con la seguridad de que ver la exposicion permanente ya seria un autentico lujo.
Entrando al museo me encontre con la primera sorpresa: habia una exposicion temporal, "Del impresionismo al modernismo: la coleccion Chester Dale", que tenia muy buena pinta.
!Que gozada! Picasos de la epoca azul, Modiglianis, Monet a discrecion. Un autentico espectaculo donde, cada sala en la que entrabas, te sorprendia mas que la anterior.
Chester Dale, un hombre de negocios enriquecido en Wall Street, dedico su fortuna a comprar pintura de finales del siglo XIX y principio del XX, asesorado por su experta esposa. Formo una excelente coleccion que, a su muerte, dono a la National Gallery. Gracias a lo cual podemos hoy disfrutarla nosotros.
Pero no pararon ahi las sorpresas. Conforme nos acercamos a la salida vimos un anuncio de una exposicion de "Canaletto y sus rivales" en el otra ala del museo, la East; a la que nos dirijimos de inmediato.
!Total cambio de "chip"!, de Matisse o Toulouse-Lautrec pasamos a la perpectiva geometrica de Canaletto y su realismo casi fotografico. Nos dimos una placentera vuelta por la Venecia de hoy y de siempre sin salir de las salas del museo.
Y las sorpresas siguieron. Conforme saliamos de Canaletto nos encontramos con un exposicion antologica de Paul Gauguin. Es posible perdirle mas a una visita a un museo? Pasar de Canaletto a Gauguin, sin un poco de reposo como nos ocurrio a nosotros, es una experiencia salvaje. De las lineas rectas, la geometria y el realismo, los colores suaves de Canaletto a las formas deformes, los colores vivos, las figuras desencajadas y , en muchas ocasiones, intencionadamente feas de Gauguin.
No se si ver seguidas estas tres exposiciones es lo adecuado; asi nos toco hacerlo y, desde luego, nos dejo sensaciones muy turbadoras.
Solo por ver estas exposiciones vale la pena un viaje a Washington.
Muchas gracias.
Momentazo Muñóz Molina :)
ResponderEliminarFuera de broma, me gustó mucho tu descripción de las exposiciones y dan realmente ganas de verlas. Me voy a acordar de esto cuando esté dando vueltas por Disneylandia.
Más besitos