lunes, 18 de abril de 2011

De vuelta a casa

Despues de tres semanas de deambular por territorios y parajes ajenos, qué sensación de tranquilidad genera la vuelta a casa.
Recuperar los olores, los lugares, las rutinas que nos hacen persona.
Volver a sentarte ante tu ordenador -pudiendote olvidar de que escribes en un teclado americano y, por tanto, debes evitar las palabras con eñe y con acentos-, y en tu mesa de siempre. Escribir mientras el sol te entra por la ventana, escuchas los ruidos conocidos de tu calle o ves pasar al vecino por la acera.
Recuperar los paseos. Bajar a comprar el pan y el periódico. Poderlo leer en tu sillón, que es tan tuyo que tiene tu figura acomodada en su contorno.
Volver a conversar con los amigos, con la familia. Interesarte como siempre por sus cosas, pequeñas la mayoría de las veces, pero importantes para ellos y para tí.
Reanudar tus proyectos, volverlos a poner en marcha, despues de tanto tiempo olvidados.
Dejarte llevar por la calma, la sensación de que las prisas no existen, ni tampoco las tareas que hay que realizar ineludiblemente.
"El hombre es un animal de costumbres", dice el aforismo. Volvamos, pues, a ellas, que pasen y sean bienvenidas.
Muchas gracias.

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