Hoy, de madrugada, noche cerrada sin luna y con fuerte lluvia, llegamos al aeropuerto de Washington.
Tras seis horas de vuelo, lectura del "Washington Post" y de una novela de Harlan Coben y varias "cabezaditas", aviste desde el avion el entorno de San Francisco: la maravillosa bahia, los rascacielos del centro de la ciudad, los bosques que la circundan, el "Bay Bridge"... San Francisco en estado puro.
Cuando mi hija decidio que donde queria vivir y trabajar era en San Francisco, y ningun otro sitio, tengo que reconocer que me disguste por lo lejos que esta de Madrid.
Sin embargo, el disgusto me duro poco, primero, porque entendi muy bien porque preferia vivir en esta ciudad en vez de en un "maravilloso" suburbio de la costa este; y segundo, porque su decision me permitia pasar unos dias, de forma regular, en esta ciudad que a mi tambien siempre me ha gustado mucho.
Llegar del aeropuerto a mi casa ha sido toda una aventura, como corresponde a esta ciudad, sin GPS ni mapa, sino por intuicion perdiendome maravillosamente: bordear la bahia, Embarcadero, la calle Market, Chinatown, Presidio...
Y cuando el disfrute empezaba a convertirse en angustia, encontre el camino correcto y esa alegria que llevaba encima atravesando la ciudad se convirtio en dicha y emocion al llegar a casa.
San Francisco tambien me emociona.
Muchas gracias.
Tras seis horas de vuelo, lectura del "Washington Post" y de una novela de Harlan Coben y varias "cabezaditas", aviste desde el avion el entorno de San Francisco: la maravillosa bahia, los rascacielos del centro de la ciudad, los bosques que la circundan, el "Bay Bridge"... San Francisco en estado puro.
Cuando mi hija decidio que donde queria vivir y trabajar era en San Francisco, y ningun otro sitio, tengo que reconocer que me disguste por lo lejos que esta de Madrid.
Sin embargo, el disgusto me duro poco, primero, porque entendi muy bien porque preferia vivir en esta ciudad en vez de en un "maravilloso" suburbio de la costa este; y segundo, porque su decision me permitia pasar unos dias, de forma regular, en esta ciudad que a mi tambien siempre me ha gustado mucho.
Llegar del aeropuerto a mi casa ha sido toda una aventura, como corresponde a esta ciudad, sin GPS ni mapa, sino por intuicion perdiendome maravillosamente: bordear la bahia, Embarcadero, la calle Market, Chinatown, Presidio...
Y cuando el disfrute empezaba a convertirse en angustia, encontre el camino correcto y esa alegria que llevaba encima atravesando la ciudad se convirtio en dicha y emocion al llegar a casa.
San Francisco tambien me emociona.
Muchas gracias.
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