miércoles, 19 de noviembre de 2014

Mañana cultural

Hacía días que tenía intención de acercarme a ver la exposición que ofrecía el Thyssen sobre "Impresionismo americano". Me encanta la pintura impresionista no sólo por su pincelada suelta y el tratamiento de la luz y de las sombras, sino también por la nueva temática que representa.  Estoy familiarizado con muchos de los cuadros de Mary Cassatt, John Singer Sargent o James McNeill Whistler y esperaba que la exposición me los volviera a presentar, así como que me descubriera a los pintores americanos que siguieron su estela y que me son más desconocidos. Así que esta mañana, aprovechando el buen tiempo, me encaminé al Thyssen.

La exposición no me defraudó. Es espléndida. Efectivamente muestra una excelente representación de los clásicos impresionistas americanos que he nombrado anteriormente, pero también de toda la escuela que formaron en Estados Unidos a raíz de la primera exposición de arte impresionista francés que tuvo lugar en Nueva York en 1886.

He descubierto grandes pintores que no conocía como Childe Hassam, Theodore Robinson o John Leslie Breck, así como magníficos cuadros suyos representando escenas urbanas de Nueva York, Boston y Chicago. Acostumbrado a los paisajes franceses o, en todo caso, a los puertos brumosos de la Bretaña, resulta sorprendente encontrarse con estas grandes ciudades americanas de finales del siglo XIX.

La única "sorpresa" desagradable fue el precio: 9 euros (yo, por estar semi-decrépito, pagué solo €6,50) para disfrutar media hora o poco más. Evidentemente más caro que ir al cine o (proporcionalmente) al teatro o comprar un libro. Desconsuela comprobar que la adquisición de bienes culturales sea prohibitiva, precisamente en estos tiempos de grandes penurias económicas. A pesar de ello, recomiendo vivamente (siempre que se tengan esos 9 euros) ver esta exposición.

Estando en el Paseo del Prado, solo me separaba una agradable caminata hasta CaixaForum, donde había un par de exposiciones que me interesaban.

Nueva sorpresa al llegar a mi destino: 4 euros la entrada. Hacía algún tiempo que no iba, pero recordaba que, en algún momento, la entrada había sido gratuita, como ocurre en otras Fundaciones privadas como Mapfre, por ejemplo.

Empecé visitando la exposición de fotografía de Roni Horn, "Todo dormía como si el universo fuera un error". Seré sincero, no me gustó. No solo se exponen fotografías, también dibujos, pretendidas esculturas y alguna instalación.  En general no me gustan estas "modernidades" que no entiendo y que no me dicen nada emocionalmente. El programa de la exposición señalaba que "la sutileza de sus obras invita a los espectadores a afinar los sentidos, sumergirse en el silencio, captar las pequeñas diferencias que hacen tambalear las ideas preconcebidas". Nada de eso sentí; bueno, el silencio si porque la sala estaba prácticamente vacía.

Las prisas por volver a casa no me permitieron ver con la debida tranquilidad la otra exposición que ofrecía CaixaForum: "Mediterráneo. Del mito a la razón". Por contraposición a la anterior, me pareció muy interesante y tendré que volver otro día para verla con más tranquilidad.

Tanto en el Thyssen como en CaixaForum me llamó la atención la presencia abrumadora de mujeres: grupos de mujeres que --junto a una guía-- seguían atentamente la exposición, mujeres sueltas, dos o tres amigas y alguna pareja.  Los hombres brillaban por su ausencia. Sé que mi apreciación es subjetiva, pero no pude por menos que pensar si la cultura es tarea de mujeres, ¿tenemos los hombres actividades más serias para hacer una mañana de miércoles que ver una exposición? ¿quizás jugar a la petanca o tomarnos unos vinos en el bar?

Muchas gracias.



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