De vuelta de Estados Unidos, todavía con "jetlag" y con imágenes de ambos mundos mezcladas en mi cabeza, quiero aprovechar el momento para comentar algunas impresiones que me ha dejado este último viaje a tierras americanas.
Nueva York después del huracán Sandy:
Nueva York después del huracán Sandy:
- Hemos visitado la ciudad de los rascacielos una semana después de ser arrasada por el huracán, y nos ha impresionado sobremanera su capacidad de reacción. Solamente la zona más al sur de Manhattan, lógicamente la más dañada, se la veía aún con problemas. El resto relucía con su esplendor de siempre.
- Queríamos asistir a una misa "gospel" en Harlem. Decidimos hacerlo por nuestra cuenta, buscando una iglesia no turística y yendo hasta allí en metro. La experiencia fue estupenda. Apreciamos estar en una iglesia de barrio, pequeña, recogida, llena de mujeres afroamericanas --y algún escaso hombre-- y con un pastor puro espectáculo. Después, aprovechamos una mañana de domingo soleada para darnos un paseo por las grandes avenidas del barrio, llenas de mujeres con sus mejores galas, explosivas de colores, y acompañadas de sus maridos --en algunos casos-- con sus trajes de domingo. Terminamos comiendo en el restaurante más representativo de Harlem, "Sylvia´s", unos excelentes platos típicamente sureños. Intenté esta misma experiencia hace unos veinte años, cuando vivía en aquel país, y no fue posible. Nada más salir del metro, una vecina del barrio --que formaba parte de un grupo de protección ciudadana-- nos acompañó hasta la iglesia a la que íbamos y cuando acabó la misa paró un autobús en mitad de la calle y nos sacó de allí. ¡Cómo ha mejorado la seguridad ciudadana en Nueva York! y qué alegría poder disfrutar de Harlem, una de las zonas más interesantes de la ciudad.
San Francisco de siempre:
- Un viaje en autobús al centro de la ciudad me reconfirmó en la opinión de que es la ciudad que más gente rara tiene por metro cuadrado, y sobre todo "homeless". Su clima relativamente benigno --que permite vivir en la calle-- y su espíritu progresista concentran al mayor número de personas de alguna manera desquiciadas. El sistema de salud americano, solo para ricos, convierte a las personas con algún problema de salud, sobre todo mental, en vagabundos sin hogar, que pasean sus miserias y su mirada extraviada por toda la ciudad. En paralelo a un auge de San Francisco como ciudad de negocios, según me cuentan, donde la prosperidad de los más ricos aumenta, también se amplia el número de los sin techo. "América en estado puro".
Llegar a Madrid desde San Francisco, después de tres semanas sin noticias de Rajoy y sus decisiones, es también una experiencia "interesante", pero de eso hablaremos en otras ocasiones.
Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario