sábado, 15 de diciembre de 2012

Un debate informado y sensato


Solicitando un debate informado y sensato sobre la reforma de la educación terminaba Monserrat Gomendio, Secretaria de Estado de Educación y Formación Profesional, un artículo de opinión publicado en  EL PAÍS titulado “El falso debate sobre la inmersión lingüística”.

Para que pueda llevarse a cabo un debate informado y sensato sería necesario que hubiese una propuesta que tuviera también esas características, algo que no ocurre con el borrador de reforma educativa presentado por el Ministerio de Educación.

La propuesta del ministro Wert es claramente desinformada, pues no se basa en presupuestos técnicos y en el conocimiento de la realidad educativa de Cataluña. Cualquiera que esté familiarizado con la enseñanza de dos lenguas en contacto, como es el caso del castellano y el catalán, sabe que la inmersión lingüística es uno de los procedimientos más frecuentes para abordar su aprendizaje. No es el único, es cierto. También se utiliza el llamado método bilingüe –la utilización de las dos lenguas como vehiculares—o en otros casos se inicia la educación en la lengua materna para progresivamente irse incorporando a la lengua vehicular.  

La utilización de un método u otro depende de las condiciones particulares de cada lugar, y la manera de medir su eficacia es la comprobación del nivel que se alcanza al finalizar la etapa educativa en el dominio de ambas lenguas. En el caso de Cataluña, todas las mediciones, incluida PISA, confirman la competencia en ambas lenguas en un nivel similar y, en el caso del castellano, por encima de la media española.

La propuesta del Ministerio es también insensata, pues está generando una polémica sobre un tema en que el consenso estaba garantizado desde hace treinta años. ¿Dónde está la sensatez del borrador de reforma, entendiendo sensatez por la atención a criterios técnicos y científicamente comprobados, cuando preconiza acabar con la Educación para la Ciudadanía, volver a los criterios sobre la asignatura de Religión de hace treinta años, establecer itinerarios a edades más tempranas o poner exámenes de reválida para conseguir un título de educación obligatoria que deberían alcanzar todos los estudiantes?

Sra. Gomendio, aplíquese su propia medicina y presente a la ciudadanía una reforma informada y sensata.

Muchas gracias.

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