miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Adonde vas, ministro Wert?

Os ruego me perdonéis la insistencia en dedicar la mayoría de estos blogs a la persona del ministro Wert, pero es que el personaje no para de darme motivos para ello. Da la sensación de que, convencido de que no se le va a recordar por su buen hacer en favor de la educación, se ha propuesto ser incluido en el libro de los record Guinness por su incompetencia.

Con la habilidad que le caracteriza, consiguió que por primera vez en la historia de la democracia se convocara una huelga unitaria de todos los sindicatos y en todos los sectores educativos, desde infantil hasta la universidad. Desde luego, tiene su mérito y espero que se valore lo suficiente para que vaya al libro Guinness. Gracias a su prepotencia, logró enfadar a todos y que la huelga de ayer fuese un éxito rotundo.

Bien, pues hoy ha marcado un nuevo record. Por primera vez en la historia los rectores de las universidades españolas (que os aseguro no todos son izquierdistas peligrosos), reunidos en el Consejo de Universidades, le han dado plantón. La razón es bien sencilla: el ministro no estaba dispuesto a dialogar, a pesar del perjuicio que las medidas del gobierno causan a la universidad española.

Eso sí, nuestro buen ministro se ha manifestado extrañado de que se haya producido semejante plantón. ¿Es que acaso los rectores tan sabios no saben que es el gobierno quien legisla y que no tiene por qué consultar ni preguntar ni dialogar con los afectados? ¿No consiste en eso la democracia? Eso es lo que ha dicho el ministro. Me temo que el que no sabe muy bien, o no quiere saber, en qué consiste la democracia, es el propio ministro.

Yo ya soy mayor; me tocó vivir bajo el franquismo y estudiar en la universidad en aquella época.  Pues las actitudes de este ministro me retrotraen frecuentemente a esos tiempos.  Por cierto, recuerdo que uno de los últimos ministros franquistas de educacion, creo que se llamaba Julio Rodríguez, llegó en su desvarío a cambiar el calendario escolar. ¿Será ésta la próxima brillante idea del ministro Wert?

Por si acaso quiere emularle, le informo de que el susodicho ministro duró unos meses. Incluso bajo el franquismo se cesaba a los que eran demasiado incompetentes.

Se admiten apuestas sobre cuánto durará el ministro Wert.

Muchas gracias.

lunes, 21 de mayo de 2012

¿Hacemos lo que nos dicta Europa?

Siempre que el gobierno aprueba una medida que recorta el estado de bienestar --ya sabeis, cada viernes--, nos recuerdan que no lo hacen "por gusto", que lo hacen obligados por la presión de los mercados y "porque Europa lo exige". No es culpa de ellos, que son buena gente, sino siempre de los demás (Zapatero, los mercados, Europa...).

Yo que, como buen ciudadano, creo en lo que el gobierno dice, quiero pedirle al ministro Wert que haga lo que Europa le manda.  Creo que si no lo está haciendo será porque no ha tenido tiempo de informarse de la política europea en materia de educación.  Hay que tener en cuenta que el pobre ministro no sabía nada de educación y es mucho lo que está teniendo que aprender.  Así que voy a tratar de recordarle algunas cuestiones esenciales.

En el Informe Conjunto del Consejo (del que forma parte el ministro Wert) y de la Comisión sobre la aplicación del marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación (ET 2020), aprobado en marzo de este año, se dice: "Los recortes en los presupuestos educativos pueden afectar al potencial de crecimiento y a la competitividad de la economía... la Comisión confirma su convencimiento de que, en sus medidas de consolidacion de las haciendas públicas, los Estados deberían dar prioridad a las políticas que potencian el crecimiento, como la educación y la formación".

Más claro agua. Los recortes que se están produciendo en educación no vienen obligados desde Europa sino todo lo contrario; son medidas adoptadas por el gobierno probablemente con otro objetivo. ¿A que no es dificil adivinar a que objetivo me refiero?

En las Conclusiones del Consejo de 12 de mayo de 2009 sobre un marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación "ET 2020" (marco aprobado por el gobierno español) se dice: "Hasta 2020, el objetivo primordial de la cooperación europea deberá ser seguir apoyando el desarrollo de los sistemas de educación y formación en los estados miembros, cuya finalidad es lograr:
a) la realización personal, social y profesional de todos los ciudadanos;
b) la prosperidad económica sostenible y la empleabilidad, al tiempo que se promueven los valores democráticos, la cohesión social, una ciudadanía activa y el dialogo intercultural."

Dejo al buen entender de los lectores valorar si las medidas adoptadas por nuestro ministro (aumento de las horas lectivas de los profesores, aumento de las ratios, aumento de las tasas universitarias, rebaja de las becas....) van en la dirección que marca la Unión Europea.

Y mañana, ¡¡TODOS A LA HUELGA!!

Muchas gracias

sábado, 19 de mayo de 2012

Ministro Wert, ¿por qué no te callas?

Cada vez que en el ejercicio de sus funciones el ministro Wert abre la boca, es para soltar una barbaridad, introducir un nuevo palo en la rueda de la educación pública y hacer méritos ante los que le han nombrado, no Ministro de Educación, sino ministro para acabar con la educación pública.

La última patada de banco tiene que ver con la Educación para la Ciudadanía. Cuando este tema había dejado ya de ser un "problema" --realmente nunca lo fue para la inmensa mayoría de la comunidad escolar-- y se había normalizado completamente su funcionamiento en los centros educativos, el Ministro ha venido a ponerlo de nuevo en el candelero, llevando a la práctica lo que la Iglesia Católica exigía desde un principio.

Resulta que hablar de las "relaciones entre hombres y mujeres" o de "la división social y sexual del trabajo y de los prejuicios sociales racistas, xenófobos, antisemitas, sexistas y homófobos" es "adoctrinar" o, en palabras del propio ministro, "cuestiones controvertidas y susceptibles de adoctrinamiento ideológico". También tiene este carácter de "cuestiones controvertidas"  hablar de los "derechos y deberes humanos como conquistas históricas inacabadas", de " la compensación de las desigualdades" o del "rechazo de las discriminaciones provocadas por las desigualdades personales,económicas o sociales".  Es decir, es susceptible de adoctrinamiento todo aquello que despierte en el alumnado cualquier género de duda de que vivimos en el mejor de los mundos posibles y de que lo nos toca a los ciudadanos es votar siempre al Partido Popular y ser buenos católicos.

Porque, claro está, lo que hace la Iglesia diariamente en sus centros concertados, pagados con el dinero de todos los ciudadanos, inculcando su "ideario", eso no es adoctrinamiento sino educación y, además, de calidad.

Sin embargo, defender los valores democráticos, promover el espíritu crítico en el alumnado, aprender a valorar la diversidad, respetar al otro por muy diferente que sea, todo ello, es adoctrinamiento que debe salir de nuestras aulas.  Tener, ¡una hora a la semana!, en la que los alumnos pueden expresarse libremente sobre aquellos temas que les preocupan, en la que aprenden a abordar los conflictos o las diferencias de opinión de forma civilizada y no violenta, en la que aprenden a defender sus posiciones y que no debemos admitir ningún tipo de discriminación en una sociedad democrática, resulta que eso es "adoctrinamiento".

Señor ministro, adoctrinamiento es lo que usted propone. Suprimir la controversia y anular el tratamiento de temas que forman parte de la realidad de cada día es adoctrinamiento conservador, que es el suyo. Es pretender que la comunidad educativa comulgue con la ruedas de molino que usted les pone, pretender que se acepte como normal y única su ideologia, la conservadora. A ustedes, señor ministro, les asusta formar ciudadanos críticos, ciudadanos comprometidos con los valores democráticos, porque temen que no les vayan a votar, que no acepten esa doctrina tan rancia que predican.

Saltándose todas las recomendaciones del Consejo de Europa, de la propia Unión Europea, quieren convertirse en el único país en que en vez de educar ciudadanos, se eduquen borregos. No lo van a conseguir por mucho que se empeñen.

Muchas gracias.

martes, 15 de mayo de 2012

De Granada a Rabat, pasando por la amistad

Después de pasar unas horas tomandote una cerveza en el Carmen de la Victoria, perteneciente a la Universidad de Granada, rodeado de amigos y disfrutando de las tonalidades que la Alhambra va adquiriendo conforme anochece, hasta que se ilumina todo el complejo. Después de tomarme una copa, también rodeado de amigos, en el paseo de los Tristes o de caminar charlando alegremente por el Zacatín o la plaza de BibaRambla. Después de recorrer las callujas alrededor de la vieja universidad o de comprobar como han crecido las teterías y los restaurantes marroquíes por los alrededores de la calle Elvira y el Albaicín, en una especie de intento de recuperar el reino nazarí. Después de impregnarme de esas sensaciones, llegar a Rabat, me hizo comprender una vez más que esa franja de mar -que llamamos estrecho- separa mucho menos de lo que con frecuencia quieren hacernos creer.

En Rabat, los nombres habían cambiado, la Chellah, la torre Hassan, los Oudaya, la medina,.. pero no las sensaciones, no las risas, no las manifestaciones de cariño que la amistad proporciona, no el disfrute en comun de momentos que no vamos a olvidar. Había cambiado el paisaje, pero no tanto las sensaciones que su visión nos produce. Habian cambiado también las personas, pero no su amabilidad, su hospitalidad, esa sensacion de que no nos conocemos pero tenemos mucho en común.

¡Que diferente es visitar una ciudad -o realizar cualquier actividad- sólo o en compañía de amigos! Todo se aprecia de manera diferente, incorporas a tu visión la de los demás, la enriqueces con una perspectiva variada y diversa. Creo que la edad, la experiencia, te lleva a valorar cada día más lo que te aportan los demás.

Hemos pasado un fin de semana, cortito pero intenso, en Rabat y Casablanca, un grupo de amigos forjado en otras circunstancias y lugares. Y lo hemos disfrutado tanto que ya estamos organizando el próximo.

Muchas gracias

lunes, 14 de mayo de 2012

Granada, cincuenta años después

Hace cincuenta años llegaba a Granada. Venía de Tánger, la ciudad de mi adolescencia y juventud; una ciudad que hacía poco que había dejado de ser internacional para incorporarse al Reino de Marruecos, pero que seguía manteniendo aún ese aire cosmopolita, abierto y liberal, que le había hecho famosa.

Llegué en octubre, para incorporarme a la universidad. Mis recuerdos de esa primera estancia son una mezcla de la belleza que Granada desprende por todos sus rincones y el tono gris, casi negro, no del cielo sino de la sociedad, de la gente. Una Granada triste, represiva, agobiante. Una sociedad cerrada, caciquil y clasista, donde era muy difícil entrar, sobre todo para un joven inquieto y preocupado socialmente como era yo entonces.

La vida política universitaria, en la que estaba interesado, se reducía a las discusiones, y en ocasiones peleas físicas, entre los señoritos monárquicos de un colegio mayor y los no menos señoritos falangistas de otro.

Aprovechando las vacaciones de Semana Santa decidí dejarme barba, además de cómodo era una señal de inconformismo que reflejaba bien mi condición de joven airado. El primer día de clase tenía Quimica, con el profesor Rancaño,- que fue Rector varios años-. Estaba tranquilamente sentado en mi pupitre oyendo sus explicaciones cuando las interrumpió para decir, "por favor ese señor de la barba suba aquí al estrado a seguir con mi explicación". Subí al estrado, obviamente no supe que decir y me mandó sentar. No entendí aquello pero no le dí más importancia. Mi sorpresa fue que en la siguiente clase con este mismo profesor se volvió a repetir el incidente. Me obligó a subir de nuevo al estrado para hacer constancia de mi falta de conocimientos. Total, que en la próxima clase ya me había afeitado, no me volvió a llamar y conseguí aprobar la asignatura.

Acabo de pasar un par de días en Granada y he disfrutado tanto de la ciudad y de su gente, que me han venido a la mente estos recuerdos del pasado. Como ha cambiado esa ciudad, no tanto su fisonomía de monumentos y calles preciosas, que siguen siendo igual de espectaculares que lo eran hace cincuenta años, sino su gente. La alegría de vivir que se nota en sus calles, a pesar de la crisis, los turistas disfrutando de su belleza, la diversidad cultural que hoy impregna sus calles, -esos marroquíes que te encuentras por todas partes y que parece estén intentando resucitar el reino nazarí.

Cómo cambia una ciudad cuando cambia su ciudadanía, cuando la alegría circula por sus calles, cuando notas que hay vida. Entonces, desaparece lo gris, lo negro, el sol resplandece y todo brilla.

Muchas gracias.

miércoles, 9 de mayo de 2012

El ministro Wert o la incompetencia

La lectura esta mañana del periódico me ha proporcionado una satisfacción, cosa rara en estos tiempos que corren. El barómetro de abril del CIS colocaba al ministro José Ignacio Wert como el peor valorado de todos los ministros --hay que hacer méritos para ganar a Guindos o a Montoro--, con una puntuación de 3,19. Dicha puntuación había bajado en los tres últimos meses 1,40 puntos. Comprobaba así con satisfacción que la ciudadanía, incluidos los votantes del PP, coincidían conmigo, y yo con ellos, en la nefasta actuación del Ministro de Educación Cultura y Deporte.
No se trata solo, en este caso, de que lleve a cabo una política con la que no estoy de acuerdo sino, sobre todo, de incompetencia y prepotencia en grandes dosis. Veamos algunas muestras:
  • Es reconocido por todos los expertos que la reforma y modernización de la Formación Profesional es uno de los grandes retos a los que se enfrenta nuestro sistema educativo. Ese reto recae principalmente en el/la director/a de Formación Profesional. Consciente de ello, el ministro Wert nombró a una persona cuya única experiencia sobre el tema era "ser profesora de F.P. en un instituto" (también ser amiga de la esposa del subsecretario, pero eso se supone que es una casualidad). Cuando esta persona se sentó en el despacho se puso enferma (probablemente al ver lo que se le caía encima) y a las dos semanas dimitió. Ha nombrado a otro desconocido; veremos lo que dura y lo que es capaz de hacer.
  • La otra gran dirección general de Educación es la de Evaluación y Cooperación Territorial. Para ella nombró a Xavier Gisbert, que había sido cesado en la Comunidad de Madrid. Los profesores de esta comunidad, que le han sufrido en su etapa de director general, conocen bien su prepotencia y su incompetencia. Ha durado cuatro meses. El fin de semana pasado cesó "por razones personales" (quizás en poco tiempo conoceremos las razones reales de ese cese). No debemos preocuparnos porque nuestro "eficiente" ministro ha nombrado a otra persona, Alfonso González Hermoso de Mendoza --brillante nombre, ¿no les parece?--, que ejercía de adjunto al Viceconsejero de Infraestructuras y Transportes de la Comunidad de Madrid. Seguramente vendrá a resolver el "problema" del transporte escolar.
La falta de seriedad del Ministro a la hora de nombrar a sus más estrechos colaboradores es una manifestación palpable de su escaso interés en solucionar los problemas de la educación en nuestro país y de su desconfianza en las personas que proceden de ese mundo. El ministro Wert, para realizar su trabajo --desmantelar la educación pública--, no necesita expertos en educación (ni tan siquiera de su propio partido, que también los hay); le basta con lacayos dispuestos a cumplir sin rechistar su programa de actuación.

Esperemos que no lo consiga. De momento, el día 22  de este mes está convocada una huelga general en todos los sectores educativos, algo que hacía muchos años que no se producía. Y esto no es más que el comienzo de una larga lucha en defensa de la escuela pública y del derecho a una educación digna y de calidad para todos los ciudadanos.

Cuánta más prepotencia manifieste el ministro, cuántas más barbaridades diga, más repulsa social se va a encontrar. ¡No creo que dures mucho, Ministro Wert!

Muchas gracias.