domingo, 1 de abril de 2012

Estados Unidos es diferente

Desde que llegué a este país hace unos días, sigo con mucho interés la polémica en torno a la ley sobre el sistema de salud, propiciada por el presidente Obama.  Es un tema sobre el que, en muchas ocasiones, había conversado con norteamericanos --de todos los colores-- y casi siempre me había sorprendido su manera de enfocar este asunto.

Los datos son claros y estremecedores:
  • Unos 40 millones de personas en Estados Unidos no tienen ningún tipo de seguro médico. Obviamente, si les viene una enfermedad grave, larga o costosa, les significa su ruina. He oído y leído multitud de historias sobre familias que han terminado en la calle, como "homeless", por este motivo.
  • La medicina en Estados Unidos es una de las más caras del mundo.
  • Las compañías de seguros son extraordinariamente poderosas en este país y sus "lobbies" tienen una gran fuerza.
Bien, Obama ha intentado solucionar este grave problema estableciendo una ley que, de forma resumida, obliga a todos los ciudadanos a tener un seguro médico, pagando el Estado el de los que no lo puedan pagar.  A la vez ha puesto algunas limitaciones a los precios, muchas veces abusivos, de las aseguradoras.  De esta manera todos los ciudadanos tendrían asegurada su salud ante una eventualidad.

Un sector importante de la sociedad americana ve esta medida como "la llegada del socialismo " al país y se opone frontalmente. De hecho, en estos momentos el Tribunal Supremo (equivalente a nuestro Tribunal Constitucional) está discutiendo sobre la constitucionalidad de la Ley y, por lo que aparece en prensa, es posible que la declaren inconstitucional.

Lo más sorprendente para un europeo es que la posible base de esa inconstitucionalidad de la Ley consiste en lo que que aquí llaman "el mandato", es decir, el que el gobierno --Estado-- obligue a todos los ciudadanos a que tengan un seguro. Se afirma que el Estado no puede obligar a un ciudadano a "comprar" un seguro.

Es decir, lo que en Europa es un derecho --"el derecho a la salud"--, que se concreta en que todos los ciudadanos tienen acceso a un seguro medico que les proteja, aqui en el imperio es una intromisión del Estado en la libertad de los individuos de elegir si quieren o no un seguro. Sorprendente, pero cierto.

El problema, como casi siempre, tiene que ver con la economía, con los grandes negocios de las aseguradoras, los hospitales y los laboratorios farmaceuticos, pero se enmascara en esa defensa de la libertad individual, tan querida en este país. Veremos si no le cuesta la presidencia a Obama. Ya hubo algunos precedentes de fracasos: Clinton lo intentó en su momento y tuvo que abandonarlo derrotado.

Muchas gracias

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