No puedo evitar seguir de cerca la política que nos rodea, y más ahora que parecía haberse puesto interesante. Aunque me había propuesto no hacer comentarios en este blog y dedicarlo a temas más divertidos y gratificantes, aquí me tenéis, rompiendo esa promesa. Lo siento, pero es que estoy viendo y oyendo cosas que, además de dejarme boquiabierto, me producen la indignación suficiente para saltarme las resoluciones y ponerme a escribir.
Resulta que ha habido una mayoría de izquierdas en las elecciones del 20-D,, que los ciudadanos exigen un cambio y que sería posible pactar un gobierno de ese signo. Resulta que cuatro años de gobierno del PP, con mayoría absoluta, han servido para aumentar la pobreza, la desigualdad y el trabajo precario. Resulta que sigue habiendo cinco millones de parados, que la mitad de ellos no tienen ningún subsidio, que se han eliminado 50.000 puestos de trabajo en la sanidad y la educación públicas, que los empleos que se crean son precarios (por horas o por días) y que el tener un trabajo no te asegura escapar de la pobreza.
Ante una situación de este tipo parecería que lo más urgente, lo prioritario, debería ser ponerle remedio: que los desfavorecidos, las familias que han sido golpeadas por la crisis, estuvieran muy presentes. Proponer políticas que puedan mejorar su situación.
Bien, pues no es eso lo que nos propone la nueva política: Nuestra línea roja es el derecho a decidir, Nos dice Podemos, también lo defiende En Marea y ya no digamos En Común. Es decir, lo más importante para llegar a un acuerdo que permita un gobierno de izquierdas es que los catalanes o los gallegos puedan decidir si se separan del resto de los ciudadanos de España. ¿No habrá catalanes y gallegos que estén pasando hambre, que estén hartos de la corrupción de los Pujol y compañía, que quieran un trabajo pagado dignamente? Es seguro, pero eso no le interesa a la "nueva política".
Y yo me pregunto, ¿por qué no les interesa? Pues por algo tan sencillo como conseguir más poder. Piensan que unas nuevas elecciones --aunque eso nos lleve a muchos ciudadanos a poner en cuestión el papel de los políticos e incluso de la democracia (o, mejor dicho, de esta democracia enferma)-- le van a ser más favorables para sus intereses de partido.
¿Es eso nuevo? ¿Es nueva política? De eso ya hablaba Maquiavelo hace 500 años, y desde entonces políticos de todos los signos lo vienen haciendo. Cómo maniobro para conseguir mayor poder, cómo engaño a la ciudadanía para que mi partido sea más fuerte.
Por favor, no me hagan reír. Para estos resultados no hacía falta haber cambiado de alforjas.
Muchas gracias.
Resulta que ha habido una mayoría de izquierdas en las elecciones del 20-D,, que los ciudadanos exigen un cambio y que sería posible pactar un gobierno de ese signo. Resulta que cuatro años de gobierno del PP, con mayoría absoluta, han servido para aumentar la pobreza, la desigualdad y el trabajo precario. Resulta que sigue habiendo cinco millones de parados, que la mitad de ellos no tienen ningún subsidio, que se han eliminado 50.000 puestos de trabajo en la sanidad y la educación públicas, que los empleos que se crean son precarios (por horas o por días) y que el tener un trabajo no te asegura escapar de la pobreza.
Ante una situación de este tipo parecería que lo más urgente, lo prioritario, debería ser ponerle remedio: que los desfavorecidos, las familias que han sido golpeadas por la crisis, estuvieran muy presentes. Proponer políticas que puedan mejorar su situación.
Bien, pues no es eso lo que nos propone la nueva política: Nuestra línea roja es el derecho a decidir, Nos dice Podemos, también lo defiende En Marea y ya no digamos En Común. Es decir, lo más importante para llegar a un acuerdo que permita un gobierno de izquierdas es que los catalanes o los gallegos puedan decidir si se separan del resto de los ciudadanos de España. ¿No habrá catalanes y gallegos que estén pasando hambre, que estén hartos de la corrupción de los Pujol y compañía, que quieran un trabajo pagado dignamente? Es seguro, pero eso no le interesa a la "nueva política".
Y yo me pregunto, ¿por qué no les interesa? Pues por algo tan sencillo como conseguir más poder. Piensan que unas nuevas elecciones --aunque eso nos lleve a muchos ciudadanos a poner en cuestión el papel de los políticos e incluso de la democracia (o, mejor dicho, de esta democracia enferma)-- le van a ser más favorables para sus intereses de partido.
¿Es eso nuevo? ¿Es nueva política? De eso ya hablaba Maquiavelo hace 500 años, y desde entonces políticos de todos los signos lo vienen haciendo. Cómo maniobro para conseguir mayor poder, cómo engaño a la ciudadanía para que mi partido sea más fuerte.
Por favor, no me hagan reír. Para estos resultados no hacía falta haber cambiado de alforjas.
Muchas gracias.
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