Cualquier ciudadano medianamente informado, que lea los periódicos, escuche la radio y vea la televisión, estará acongojado y con el alma en vilo ante la compleja situación política en que se encuentra el país.
Las elecciones se han celebrado pero, un mes después, no sabemos quien gobernará y, ni tan siquiera si habrá gobierno o nuevas elecciones. Ningún partido ha hablado con otro sobre el posible gobierno, Parece que el dialogo no es posible. Oímos que la iniciativa corresponde a Rajoy, que ahora no es mi turno, que debe llamar primero fulano, que con tal partido yo no hablo, o que con tal otro no debería hablar. Otros en cambio nos dicen que están dispuestos a hablar con todo el mundo, pero en realidad no hablan con nadie. Y, mientras tanto, la casa sin barrer, los problemas reales de los ciudadanos sin resolverse o resolviéndose mal.
Y por si esto fuera poco tenemos el llamado "desafío soberanista". En año y medio nos independizamos nos cuentan unos; otros, en cambio, nos aseguran que la "unidad de España" es intocable. Y así vamos, escuchando a unos y a otros, sin entender por qué no hablan entre sí y procuran solucionar los posibles problemas. Rajoy nos dice que debe ser Puigdemont, el nuevo presidente de la Generalitat, quien de el primer paso; desde Cataluña se quejan de que el rey no ha recibido a Carme Forcadell. Total, un dialogo de besugos en el que nosotros, los ciudadanos, somos los destinatarios.
Bien, pues en medio de esa "compleja situación política" en que vivimos, -según nos cuentan nuestros políticos-, hoy he conocido una noticia que me ha reconfortado y me permite ver el futuro con confianza y entusiasmo.
Esta mañana un periodista de una radio catalana, Carles Pérez, en su programa "La mañana y la madre que la parió", cogió la guía telefónica buscó el teléfono de la Presidencia del Gobierno y decidió llamar al presidente en funciones Mariano Rajoy hacíéndose pasar por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Y aunque parezca mentira lo consiguió de esa manera tan fácil que consiste en: marcar el número, preguntar por la persona y que se ponga. Y mantuvo una conversación con Rajoy en la quedaron en verse la semana que viene que Rajoy la tenía " muy libre". Luego de mantener esa interesante conversación le informó de que se trataba de una broma.
Total que esa tremenda dificultad que nos han contado para mantener un dialogo entre la Generalitat y el gobierno central era mentira, era como dice la canción "puro teatro", "la vida es puro teatro". Eso está bien para las canciones pero yo prefiero que el teatro se haga en los escenarios y por actores profesionales, y no con nuestros garbanzos y con tan malos actores como nuestros políticos
A la vista de los resultados, sugiero que los políticos se vayan a hacer teatro a otros lugares y que los humoristas nos gobiernen; al menos nos reiríamos más e, incluso, -a lo mejor- serían capaces de resolver nuestros problemas.
Muchas gracias.
Las elecciones se han celebrado pero, un mes después, no sabemos quien gobernará y, ni tan siquiera si habrá gobierno o nuevas elecciones. Ningún partido ha hablado con otro sobre el posible gobierno, Parece que el dialogo no es posible. Oímos que la iniciativa corresponde a Rajoy, que ahora no es mi turno, que debe llamar primero fulano, que con tal partido yo no hablo, o que con tal otro no debería hablar. Otros en cambio nos dicen que están dispuestos a hablar con todo el mundo, pero en realidad no hablan con nadie. Y, mientras tanto, la casa sin barrer, los problemas reales de los ciudadanos sin resolverse o resolviéndose mal.
Y por si esto fuera poco tenemos el llamado "desafío soberanista". En año y medio nos independizamos nos cuentan unos; otros, en cambio, nos aseguran que la "unidad de España" es intocable. Y así vamos, escuchando a unos y a otros, sin entender por qué no hablan entre sí y procuran solucionar los posibles problemas. Rajoy nos dice que debe ser Puigdemont, el nuevo presidente de la Generalitat, quien de el primer paso; desde Cataluña se quejan de que el rey no ha recibido a Carme Forcadell. Total, un dialogo de besugos en el que nosotros, los ciudadanos, somos los destinatarios.
Bien, pues en medio de esa "compleja situación política" en que vivimos, -según nos cuentan nuestros políticos-, hoy he conocido una noticia que me ha reconfortado y me permite ver el futuro con confianza y entusiasmo.
Esta mañana un periodista de una radio catalana, Carles Pérez, en su programa "La mañana y la madre que la parió", cogió la guía telefónica buscó el teléfono de la Presidencia del Gobierno y decidió llamar al presidente en funciones Mariano Rajoy hacíéndose pasar por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Y aunque parezca mentira lo consiguió de esa manera tan fácil que consiste en: marcar el número, preguntar por la persona y que se ponga. Y mantuvo una conversación con Rajoy en la quedaron en verse la semana que viene que Rajoy la tenía " muy libre". Luego de mantener esa interesante conversación le informó de que se trataba de una broma.
Total que esa tremenda dificultad que nos han contado para mantener un dialogo entre la Generalitat y el gobierno central era mentira, era como dice la canción "puro teatro", "la vida es puro teatro". Eso está bien para las canciones pero yo prefiero que el teatro se haga en los escenarios y por actores profesionales, y no con nuestros garbanzos y con tan malos actores como nuestros políticos
A la vista de los resultados, sugiero que los políticos se vayan a hacer teatro a otros lugares y que los humoristas nos gobiernen; al menos nos reiríamos más e, incluso, -a lo mejor- serían capaces de resolver nuestros problemas.
Muchas gracias.
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