Ayer 9 de mayo, coincidiendo con el Día de (la malograda) Europa, se llevó a cabo una de las movilizaciones ciudadanas en defensa de la escuela pública más importantes de los últimos años. Padres, alumnos y profesores de todos los niveles educativos -desde la educación infantil a la universidad- hicieron huelga y salieron a la calle masivamente para manifestar su oposición a la ley que el ministro Wert nos quiere imponer.
Es difícil recordar una iniciativa política que haya producido tanto rechazo popular. Hay que reconocerle el mérito al ministro Wert: su prepotencia, su chulería, su nula disposición al dialogo, su desprecio a la ciudadanía han conseguido unir a todos en su contra, incluso a sus fieles, como la CONCAPA, que tampoco está de acuerdo con su ley, o las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular que se le han enfrentado en diferentes ocasiones, o los Rectores de universidad que le dejaron plantado en una reunión. El ministro Wert ha trabajado a fondo para ser el ministro peor valorado del gobierno.
A pesar de ello, a pesar del rechazo generalizado que produce esta ley, el gobierno de Rajoy sigue defendiéndola. Bueno, de momento no se han atrevido a aprobarla hoy en el Consejo de Ministros. No confío en que esa decisión signifique ningún cambio futuro de calado, o que abra la puerta a un dialogo real con la comunidad educativa y el resto de las fuerzas políticas. Mas bien lo que parece es que, después de la movilización de ayer les ha dado vergüenza y/o miedo aprobar la ley al día siguiente. Supongo que el chulo del ministro es lo que habría querido hacer, pero alguien menos chulo le ha debido decir que se tranquilice.
Lo grave es que dentro de una semana, o de tres, van a aprobar la ley sin ningún apoyo político (sí ya se que el Partido Popular tiene mayoría absoluta) y eso es ponerle plazo de defunción a la ley. Ya lo hicieron así con la LOCE en 2002, que se aprobó con los votos del PP y de Coalición Canaria y la oposición del resto de los partidos políticos y los miembros de la comunidad educativa. Cuando llegó el PSOE al gobierno en 2004, la anuló y prácticamente no llegó a entrar en vigor.
Ahora que tanto cacarea el gobierno sobre su voluntad de llegar a acuerdos y que, según ellos, el problema es que los demás no quieren pactos, conviene recordar como se aprobaron las otras dos grandes leyes orgánicas de educación:
Muchas gracias.
Es difícil recordar una iniciativa política que haya producido tanto rechazo popular. Hay que reconocerle el mérito al ministro Wert: su prepotencia, su chulería, su nula disposición al dialogo, su desprecio a la ciudadanía han conseguido unir a todos en su contra, incluso a sus fieles, como la CONCAPA, que tampoco está de acuerdo con su ley, o las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular que se le han enfrentado en diferentes ocasiones, o los Rectores de universidad que le dejaron plantado en una reunión. El ministro Wert ha trabajado a fondo para ser el ministro peor valorado del gobierno.
A pesar de ello, a pesar del rechazo generalizado que produce esta ley, el gobierno de Rajoy sigue defendiéndola. Bueno, de momento no se han atrevido a aprobarla hoy en el Consejo de Ministros. No confío en que esa decisión signifique ningún cambio futuro de calado, o que abra la puerta a un dialogo real con la comunidad educativa y el resto de las fuerzas políticas. Mas bien lo que parece es que, después de la movilización de ayer les ha dado vergüenza y/o miedo aprobar la ley al día siguiente. Supongo que el chulo del ministro es lo que habría querido hacer, pero alguien menos chulo le ha debido decir que se tranquilice.
Lo grave es que dentro de una semana, o de tres, van a aprobar la ley sin ningún apoyo político (sí ya se que el Partido Popular tiene mayoría absoluta) y eso es ponerle plazo de defunción a la ley. Ya lo hicieron así con la LOCE en 2002, que se aprobó con los votos del PP y de Coalición Canaria y la oposición del resto de los partidos políticos y los miembros de la comunidad educativa. Cuando llegó el PSOE al gobierno en 2004, la anuló y prácticamente no llegó a entrar en vigor.
Ahora que tanto cacarea el gobierno sobre su voluntad de llegar a acuerdos y que, según ellos, el problema es que los demás no quieren pactos, conviene recordar como se aprobaron las otras dos grandes leyes orgánicas de educación:
- La LOGSE, aprobada con Javier Solana como ministro de educación en 1990, la apoyaron todos los grupos de la cámara, a excepción del Partido Popular.
- la LOE, aprobada en 2006, sólo votó en contra el Partido Popular.
Muchas gracias.
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