miércoles, 10 de octubre de 2012

Viaje en metro por París

Visitar París es utilizar en muchas ocasiones su metro, ya que es el sistema más rápido y eficaz de llegar a cualquier sitio. Así ha sido para mí en esta última visita que acabo de realizar. 

Cuando cogí el metro el primer día pensé que nada había cambiado desde aquella lejana fecha, hace más de 40 años, en que tuve la suerte de vivir en Paris.  Los trenes parecían los mismos de entonces, mucho más viejos y deteriorados, relativamente sucios, los cristales casi velados por el paso del tiempo.  Las estaciones eran las mismas, con esos ladrillos blancos en las paredes y esos interminables pasillos.  Las escaleras mecánicas, dada su escasez, parece que no han llegado al metro parisino.

Conforme me invadían estas sensaciones no pude evitar pensar en mi metro de Madrid --no suelo hacer comparaciones cuando estoy en el extranjero, pero en este caso era casi obligado--: mucho más moderno y donde quedan muy pocas estaciones antiguas.  Transmite una impresión de mayor desarrollo como país.

Casi sin querer, de forma instintiva, me puse la boina de turista francés, haciéndose esas mismas reflexiones ante la visión que le deparaba el metro madrileño. ¡Joder con estos españoles!, diría, ¡vaya metro que tienen! ¿Con qué dinero lo habrán construido?  Seguro que con el que les hemos estado dando alemanes, franceses y otros europeos... Pues tiene narices. No quiero seguir el razonamiento pues me llevaría a lo que, demagógicamente, dicen muchos políticos de derecha alemanes, holandeses o finlandeses, y que yo no comparto.  Pero me quedé preocupado porque, ¿no tienen algo de razón?

Menos mal que al día siguiente cogí la linea 1, que pasa por el Louvre y los Campos Eliseos, y era aún mejor que cualquiera de las lineas del metro de Madrid. Y sobre todo, lo más importante, es que el metro de París funciona infinítamente mejor que el madrileño, pasa con más regularidad por las estaciones --incluido los sábados o domingos-- y lo utiliza masivamente el personal, de forma que en los días que he estado en Paris, me ha parecido que el tráfico automovilístico era muy ligero.

Entre apariencia y eficacia me apunto al modelo francés: eficacia y servicio a los ciudadanos.

Muchas gracias.
 

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