Todas las desgracias que nos tocan sufrir a los ciudadanos de este país, y que Mariano Rajoy y sus ministros se ocupan de poner en marcha, llevan la coletilla de "son exigidas por Europa" o "a nosotros no nos gustan, pero Europa nos obliga a ello". De esta forma Europa se ha convertido en el malo de la película y, como reacción, se ha empezado a generar en diversos países (recordemos Grecia, por ejemplo) movimientos antieuropeos de carácter xenófobo, populistas y, en algunos casos, claramente fascistas.
Pero no es "Europa" la culpable de lo que nos pasa; es la politica conservadora y neoliberal hoy dominante en la mayoría de los países europeos. Hay otras formas de construir Europa y nosotros hemos sido testigos privilegiados de ella; basta recordar los fondos estructurales o los fondos de cohesión que han llegado a nuestro país a lo largo de muchos años y que nos han permitido dar un salto de gigante en nuestras infraestructuras. Una Europa solidaria, capaz de transferir fondos de los países más ricos a los que lo necesitan, de buscar consensos que favorezcan a todos y no imponer aquellos que solo favorecen a unos pocos, una Europa en la que la política socialdemocrata ponía su contrapeso a la conservadora.
No es eso lo que estamos viviendo estos días: una Europa insolidaria, manejada por una Alemania interesada solo en su propio beneficio, capaz de hundir en la miseria a los ciudadanos de un país y movida exclusivamente por los intereses económicos.
¿Quiere esto decir que tenemos que renunciar a construir otra Europa más solidaria? ¡De ninguna manera! Incluso en las peores condiciones, que son las que estamos viviendo actualmente, es preferible una Europa así que la que dio lugar a las dos guerras mundiales. Tenemos muchos problemas, pero se resuelven o no se resuelven, según los casos, siempre hablando y no disparando bombas.
Además es posible cambiar la correlación de fuerzas. De momento ahí está François Hollande marcando una línea diferente. No podemos dejar que la cosntrucción europea sea asunto de la derecha o que la extrema derecha la torpedee.
Los progresistas españoles hemos sido siempre europeistas, la entrada en la Unión Europea de España en 1986 fue un hito de nuestra democracia y no hay razones para que no sigamos defendiendo esta posición. Y esto a pesar y por encima de lo que nos pretende vender este gobierno.
Muchas gracias.
Pero no es "Europa" la culpable de lo que nos pasa; es la politica conservadora y neoliberal hoy dominante en la mayoría de los países europeos. Hay otras formas de construir Europa y nosotros hemos sido testigos privilegiados de ella; basta recordar los fondos estructurales o los fondos de cohesión que han llegado a nuestro país a lo largo de muchos años y que nos han permitido dar un salto de gigante en nuestras infraestructuras. Una Europa solidaria, capaz de transferir fondos de los países más ricos a los que lo necesitan, de buscar consensos que favorezcan a todos y no imponer aquellos que solo favorecen a unos pocos, una Europa en la que la política socialdemocrata ponía su contrapeso a la conservadora.
No es eso lo que estamos viviendo estos días: una Europa insolidaria, manejada por una Alemania interesada solo en su propio beneficio, capaz de hundir en la miseria a los ciudadanos de un país y movida exclusivamente por los intereses económicos.
¿Quiere esto decir que tenemos que renunciar a construir otra Europa más solidaria? ¡De ninguna manera! Incluso en las peores condiciones, que son las que estamos viviendo actualmente, es preferible una Europa así que la que dio lugar a las dos guerras mundiales. Tenemos muchos problemas, pero se resuelven o no se resuelven, según los casos, siempre hablando y no disparando bombas.
Además es posible cambiar la correlación de fuerzas. De momento ahí está François Hollande marcando una línea diferente. No podemos dejar que la cosntrucción europea sea asunto de la derecha o que la extrema derecha la torpedee.
Los progresistas españoles hemos sido siempre europeistas, la entrada en la Unión Europea de España en 1986 fue un hito de nuestra democracia y no hay razones para que no sigamos defendiendo esta posición. Y esto a pesar y por encima de lo que nos pretende vender este gobierno.
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