viernes, 3 de febrero de 2012

Ministro Wert, ¡estudia!

Conocemos la dilatada trayectoria del Ministro de Educación, José Ignacio Wert, como tertuliano del programa “Hoy por hoy” de la cadena SER, donde opinaba con cierta habilidad sobre lo divino y lo humano.
Ahora que ha dejado de ser tertuliano y se ha convertido en ministro, se esperaría que sus opiniones fueran algo más fundadas.  Sin embargo, no es así.
Probablemente habrá múltiples razones, desde una ideología conservadora, para defender la conveniencia de eliminar la asignatura de “Educación para la ciudadanía” del currículum escolar, pero, desde luego, ninguna de ellas justifica la utilización de  una cita falsa.   En el ámbito del rigor científico, que se supone que un ministro de educación debe defender y practicar, esa actitud es totalmente condenable y poco ejemplar.
Tan grave como utilizar citas falsas, en lo que respecta a la defensa del rigor, es utilizar datos erróneos para defender posiciones.  Esto también lo ha hecho el ministro Wert al atribuir el alto índice de fracaso escolar en Ceuta y Melilla a “la avalancha de población básicamente marroquí que acude justamente a beneficiarse de esa educación obligatoria y gratuita que se les facilita”.  Los que conocemos la situación de la educación en esas dos ciudades sabemos que esa no es la razón del alto fracaso escolar.  Las aulas de la ciudad de Ceuta tienen sólo un 2,5% de estudiantes extranjeros, cifra por muy por debajo de la media nacional.
Asimismo, y para justificar la medida de adelantar a los 15 años el momento en que el alumno debe decidir sobre qué camino seguir, el ministro Wert se atrevió a afirmar que las evidencias científicas demuestran que cuanto antes se produzca la segregación, mejores son los resultados académicos obtenidos. Querido ministro, con todo respeto, lo que confirman todas las evidencias científicas -- y no quiero abrumarle con citas -- es precisamente lo contrario.  Esa es la línea que se está siguiendo en Europa, y en Alemania –país que usted pone como ejemplo-- se está cuestionando el modelo porque ya no responde a las necesidades de la sociedad actual (recordemos la falta de ingenieros, profesores… en ese país).
Ahora que se vuelve a insistir en la importancia del esfuerzo en el estudio, creo que el ministro debe esforzarse más en conocer el mundo de la educación si quiere hacer un trabajo serio y riguroso. Ser tertuliano es una cosa y ser ministro de educación otra muy distinta.

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