martes, 11 de octubre de 2011

La marea verde continúa

Que todos los sindicatos con representación en el mundo de la educación en Madrid --independientemente de sus posiciones ideológicas-- se mantengan unidos en la defensa de la enseñanza pública es una excelente noticia.  Refleja, sobre todo, una manifestación palpable de la indignación del profesorado ante las medidas de Aguirre y Figar y frente al ataque brutal de que está siendo objeto por el gobierno de la comunidad.

Esa indignación explica que la lucha continúe, a pesar de las dificultades que entraña para cada uno de los profesores que hace huelga. Se mantiene la convocatoria del día 20 de octubre y se ha planteado una nueva convocatoria para los días 2 y 23 de noviembre. Esperanza Aguirre tiene que saber que no va a doblegar la voluntad de los profesores, ni el apoyo que reciben de alumnos y padres.

La señora Aguirre está forzando la situación porque está convencida de que la victoria es suya, de que va a darle un giro definitivo al lugar que la educación pública ocupa en el sistema educativo madrileño, convirtiéndola en residual y marginal, y de que su posición no sólo no va a perjudicar su liderazgo en el Partido Popular, sino que va a reforzarlo, proporcionándole más votos en las próximas elecciones del 20 de noviembre.

Nos corresponde a los ciudadanos madrileños, y no sólo a los profesores, demostrarle a doña Esperanza lo equivocada que está. 

Primero, siguiendo y aumentando el apoyo y la participación en la marea verde, de forma que la fuerza de ésta ahogue sus intentos por pararla y se vea obligada a negociar. Los estudiantes son parte muy activa en esta marea, pues son los principales afectados por las medidas y han sabido darse cuenta de ello. También los padres y madres apoyan cada vez más. Hay que mantener ese apoyo, hay que realizar acciones de todo tipo --aplicando la imaginación popular-- que permitan doblegar la voluntad de Aguirre.

Segundo, cuando el próximo 20 de noviembre vayamos a votar no nos podemos olvidar de lo ocurrido durante estas semanas, de las barbaridades cometidas contra la educación pública y de los insultos y mentiras que han dicho y hecho tanto Lucía Figar como Esperanza Aguirre. Y en ese momento, tan importante para la democracia, tenemos que mandarle a Esperanza Aguirre y al Partido Popular un "recadito" claro y preciso: no estamos de acuerdo con esas acciones y esas prácticas políticas prepotentes. Votemos a quién nos parezca mejor, pero no al Partido Popular.

Si no lo hacemos, si después de los atropellos cometidos contra la educación pública, contra los profesores y contra todos los que hemos apoyado y seguimos apoyando estas movilizaciones, el 20 de noviembre el Partido Popular obtiene un éxito electoral igual o superior al que obtuvo el 22 de mayo, habremos perdido la educación pública no sólo en Madrid sino en casi toda España, también allí donde el PP gobierne y esté dispuesto a seguir el camino de Esperanza Aguirre.

Queremos una educación sin Aguirre. ¡No perdamos la esperanza!

Muchas gracias.

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