sábado, 23 de agosto de 2014

No se nace demócrata

Aunque es una obviedad, conviene recordar que no se nace con el espíritu democrático incorporado. Si así fuera, la democracia sería un régimen generalizado en el mundo, las dictaduras no existirían y el comportamiento democrático, el respeto a los derechos humanos, sería la norma. Revisando brevemente la historia y la realidad actual, es fácil comprobar que esto no es así.

Hace más de treinta años, España pasó de ser una feroz dictadura (cinco fusilados por motivos políticos poco antes de morir Franco) a convertirse en una joven democracia. Nadie pone en duda que el régimen cambió, que pudimos votar y expresar libremente nuestras opiniones políticas, que mejoraron las carreteras, que se instauró un razonable estado del bienestar, que muchos derechos que habían sido regularmente pisoteados por el franquismo dejaron de serlo...

Pero, ¿qué pasó con los ciudadanos? ¿Se convirtieron todos, por designio divino, en demócratas? ¿Qué pasó con los valores que el franquismo había inculcado en la ciudadanía durante más de cuarenta años? ¿Desaparecieron? La corrupción, la insolidaridad, la falta de respeto a los demás, el individualismo más feroz, la irresponsabilidad ante lo público... ¿dejaron de existir? Yo creo que no.  Basta con mirar alrededor para comprobar que tras más de treinta años de democracia muchos de esos falsos valores siguen existiendo y siendo dominantes en muchos sectores de la sociedad. ¿Cómo, si no, se explica la transigencia ante la corrupción, el fraude fiscal, la falta de respeto al vecino ..?

Un ejemplo para ilustrar esta situación: El presidente de la república alemana dimite de su puesto porque se descubre que copió cuando presentó su tesis doctoral, ¡chapeau! Un ejemplo de responsabilidad democrática (un presidente de la república no puede ser un tipo que copia). Y uno se pregunta ¿por qué se produce un comportamiento tan cívico? ¿Porque el presidente es un auténtico demócrata? Sí, pero no solo por eso, sino sobre todo porque la ciudadanía alemana no permite ese tipo de comportamientos. Esa es la autentica razón.

Volvamos a España: el tesorero del partido en el gobierno roba, el honorable President Pujol roba, hay cientos de imputados por corrupción en los partidos, y no pasa nada. Nadie dimite y esos partidos siguen cosechando votos. ¿Cómo es posible? La respuesta es sencilla: la ciudadanía lo admite; los valores democráticos no han calado en la sociedad española.

¿Cómo puede ser? se pregunta uno, después de más de treinta años de democracia. Y ahí llegamos a la pregunta clave ¿Se ha ocupado alguien de fomentar esos valores democráticos, de llevar a cabo esa pedagogía diaria que va calando en la sociedad y convierte a sus integrantes en auténticos ciudadanos?
La respuesta es no. Y así nos va. Y esa responsabilidad, aunque es compartida por muchos actores, no es igual para todos. El PSOE, que ha gobernado este país durante más de veinte años, y que es un partido de izquierda, tiene una gran responsabilidad en esta situación.

¿Alguien me puede explicar por qué no se ha roto el Concordato con la Santa Sede y se sigue subvencionando con dinero público la enseñanza religiosa¿, ¿por qué aún no tenemos leyes que condenen la corrupción, medidas ejemplarizantes de los partidos contra los corruptos?... Y así una larga lista más.

Si el PSOE quiere recuperar a esos millones de votantes que le hemos abandonado tendrá que empezar por hacer autocrítica y adoptar medidas concluyentes en estos temas.

Muchas gracias.


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