Ésta es la pregunta que aparece como tema central en los medios de comunicación y, obviamente, en la actividad de los políticos. Pero, ¿es la pregunta central de la ciudadanía? Según mi modesta experiencia personal, no lo es.
Voy todos los días al gimnasio y hoy también lo he hecho. Suelo hablar con los compañeros que me rodean, para tratar de matar el aburrimiento que las dichosas máquinas me producen, y os puedo asegurar que ninguno ha hecho ni el más mínimo comentario sobre la famosa investidura. Tampoco en la cafetería en la que me suelo tomar un café a la salida del gimnasio. Eso sí, la televisión, tanto en el gimnasio como en la cafetería, estaba encendida y transmitía el debate de investidura.
La investidura no interesa a la ciudadanía. ¿Es, entonces, que no le interesa la política? Algo de eso hay, pero con algún matiz. Lo que no interesa es esta política, la de la mayoría absoluta del PP, la de los recortes, la que sólo sirve para hacer cada día más difícil la vida de millones de personas. Porque la pregunta que nos tenemos que hacer no es si hay o no gobierno, sino qué tipo de gobierno es el que queremos que haya. Y la respuesta es, no el gobierno de Rajoy.
Estos días se ha publicado en la prensa un manifiesto firmado por centenares de personas, muchas de ellas de reconocido prestigio de izquierdas y progresista, que animan a los políticos para que se forme un gobierno entre Ciudadanos, Partido Socialista y Unidos Podemos. Estoy completamente de acuerdo, sea cual sea la fórmula que se adopte, que por cierto hay muchas. Ya lo intentó Pedro Sánchez en la brevísima anterior legislatura, y no se llevó a cabo, siendo entonces bastante más fácil que ahora su realización. Olvidemos el error, no busquemos culpables y aprovechemos esta ocasión para aprender de ello y rectificar. Esa sería una buena salida a la situación y es perfectamente posible.
¿De qué depende que se consiga? Si dejamos que sean sólo los políticos los que resuelvan la situación, volverán a enredarse en bagatelas y no lo harán. Seamos los ciudadanos los que lo consigamos. No basta con votar cada cuatro años --bueno, últimamente cada seis meses--; la democracia exige de nosotros participar activamente en las decisiones y más en situaciones criticas como la actual.
Defendamos un gobierno de progreso que es lo que los votos piden, si no queremos seguir aguantando los recortes, la corrupción y el aumento de la desigualdad, que es el programa de gobierno del Partido Popular.
Muchas gracias.
Voy todos los días al gimnasio y hoy también lo he hecho. Suelo hablar con los compañeros que me rodean, para tratar de matar el aburrimiento que las dichosas máquinas me producen, y os puedo asegurar que ninguno ha hecho ni el más mínimo comentario sobre la famosa investidura. Tampoco en la cafetería en la que me suelo tomar un café a la salida del gimnasio. Eso sí, la televisión, tanto en el gimnasio como en la cafetería, estaba encendida y transmitía el debate de investidura.
La investidura no interesa a la ciudadanía. ¿Es, entonces, que no le interesa la política? Algo de eso hay, pero con algún matiz. Lo que no interesa es esta política, la de la mayoría absoluta del PP, la de los recortes, la que sólo sirve para hacer cada día más difícil la vida de millones de personas. Porque la pregunta que nos tenemos que hacer no es si hay o no gobierno, sino qué tipo de gobierno es el que queremos que haya. Y la respuesta es, no el gobierno de Rajoy.
Estos días se ha publicado en la prensa un manifiesto firmado por centenares de personas, muchas de ellas de reconocido prestigio de izquierdas y progresista, que animan a los políticos para que se forme un gobierno entre Ciudadanos, Partido Socialista y Unidos Podemos. Estoy completamente de acuerdo, sea cual sea la fórmula que se adopte, que por cierto hay muchas. Ya lo intentó Pedro Sánchez en la brevísima anterior legislatura, y no se llevó a cabo, siendo entonces bastante más fácil que ahora su realización. Olvidemos el error, no busquemos culpables y aprovechemos esta ocasión para aprender de ello y rectificar. Esa sería una buena salida a la situación y es perfectamente posible.
¿De qué depende que se consiga? Si dejamos que sean sólo los políticos los que resuelvan la situación, volverán a enredarse en bagatelas y no lo harán. Seamos los ciudadanos los que lo consigamos. No basta con votar cada cuatro años --bueno, últimamente cada seis meses--; la democracia exige de nosotros participar activamente en las decisiones y más en situaciones criticas como la actual.
Defendamos un gobierno de progreso que es lo que los votos piden, si no queremos seguir aguantando los recortes, la corrupción y el aumento de la desigualdad, que es el programa de gobierno del Partido Popular.
Muchas gracias.