Andaba ensimismado esta mañana en mis habituales actividades cuando me ha llegado una noticia que, en principio, me he resistido a creer: Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, había cesado o expulsado (en este momento no está claro) a Tomás Gómez, secretario general del PSM. He entrado en Internet y la noticia se confirmaba. Como titulo, esta entrada es "una buena noticia", yo diría que excelente.
Y me explico. Primero, porque confirma la actitud firme de Pedro Sánchez ante el problema de la corrupción. Hay demasiada información que apunta a una posible implicación de Tomás Gómez en el despropósito de la financiación del tranvía de Parla. La justicia, siempre lenta, pero en general implacable, terminará diciéndonos cuánto de verdad hay en las informaciones aparecidas sobre el tema, y eso sin olvidarnos de la posible implicación de su "amigo de la infancia" y compañero de partido y de consistorio, José María Fraile, presunto implicado en la Operación Púnica.
Pero es una buena noticia, sobre todo, porque Tomás Gómez ha llevado al PSM al desastre, tanto de pérdida de militancia como de votantes. El que fue presentado en su día como el alcalde más votado de España y la esperanza blanca del PSOE en Madrid, se ha convertido con el discurrir de los años en una rémora para el crecimiento del partido, al que ha llevado a sus peores resultados electorales.
Ambas razones me confirman que existe un secretario general que sabe oír a la militancia, que está dispuesto a no transigir con la corrupción y que es capaz de rectificar los errores; no nos olvidemos del apoyo de Gómez a Sánchez en las primarias y de la buena sintonía que se decía tenían ambos. Los errores del partido socialista han sido muchos y muy graves en los últimos años, y el único camino para volverse a ganar la confianza de los ciudadanos es corregirlos. Si eso no se hace, la credibilidad del partido seguirá por los suelos.
Esperemos que ahora, un momento difícil para el PSM, no se cometan otros errores, sobre todo a la hora de elegir al candidato para las elecciones autonómicas. En algunos medios se habla de Ángel Gabilondo. Espero que solo sea una cortina de humo. La experiencia del paso de Gabilondo por el Ministerio de Educación fue, en mi opinión, nefasta. No es un hombre que tenga equipo y, al menos entonces, se rodeó de muchos ineptos.
En cualquier caso, gracias, Pedro, por habernos quitado a Tomás de la candidatura a la autonomía madrileña, a quien muchos votantes socialistas no estábamos dispuestos a votar.
Muchas gracias.
Y me explico. Primero, porque confirma la actitud firme de Pedro Sánchez ante el problema de la corrupción. Hay demasiada información que apunta a una posible implicación de Tomás Gómez en el despropósito de la financiación del tranvía de Parla. La justicia, siempre lenta, pero en general implacable, terminará diciéndonos cuánto de verdad hay en las informaciones aparecidas sobre el tema, y eso sin olvidarnos de la posible implicación de su "amigo de la infancia" y compañero de partido y de consistorio, José María Fraile, presunto implicado en la Operación Púnica.
Pero es una buena noticia, sobre todo, porque Tomás Gómez ha llevado al PSM al desastre, tanto de pérdida de militancia como de votantes. El que fue presentado en su día como el alcalde más votado de España y la esperanza blanca del PSOE en Madrid, se ha convertido con el discurrir de los años en una rémora para el crecimiento del partido, al que ha llevado a sus peores resultados electorales.
Ambas razones me confirman que existe un secretario general que sabe oír a la militancia, que está dispuesto a no transigir con la corrupción y que es capaz de rectificar los errores; no nos olvidemos del apoyo de Gómez a Sánchez en las primarias y de la buena sintonía que se decía tenían ambos. Los errores del partido socialista han sido muchos y muy graves en los últimos años, y el único camino para volverse a ganar la confianza de los ciudadanos es corregirlos. Si eso no se hace, la credibilidad del partido seguirá por los suelos.
Esperemos que ahora, un momento difícil para el PSM, no se cometan otros errores, sobre todo a la hora de elegir al candidato para las elecciones autonómicas. En algunos medios se habla de Ángel Gabilondo. Espero que solo sea una cortina de humo. La experiencia del paso de Gabilondo por el Ministerio de Educación fue, en mi opinión, nefasta. No es un hombre que tenga equipo y, al menos entonces, se rodeó de muchos ineptos.
En cualquier caso, gracias, Pedro, por habernos quitado a Tomás de la candidatura a la autonomía madrileña, a quien muchos votantes socialistas no estábamos dispuestos a votar.
Muchas gracias.